Blanco y negro: una dupla atemporal
El blanco y el negro están siempre vigentes y se interpretan desde el significado cultural que les damos en occidente. El blanco es sinónimo de pureza, honestidad, transparencia mientras que el negro denota elegancia, autoridad e incluso misterio por ser un color asociado al luto.
El blanco se asocia más a temperaturas cálidas mientras que se tiene la percepción de que el negro es más versátil por poder usarlo todo el año y en diversas ocasiones.
Por su claridad, debemos tener en cuenta que el blanco agranda visualmente la parte del cuerpo que cubre. Por el contrario, el negro como todo tono oscuro, retrocede y contrae, dando la ilusión de menor volumen de la zona o superficie que cubre.
En este sentido, si nuestro cuerpo es, por ejemplo, triangular, nos convendrá colocar el blanco en la parte superior del cuerpo y el negro en la prenda inferior para de este modo, balancear el ancho de hombros y cadera para que la silueta se vea más proporcionada.
De todos modos, el negro logra este efecto de estilizar solamente si es un género opaco (ya que todo género con brillos agranda ópticamente) y también dependiendo de la textura del tejido. No es lo mismo el efecto que causará un pantalón de gabardina negro que uno de tweed o corderoy en el mismo tono.
Otro tema importante es la proximidad del color al rostro. Las personas de cabello oscuro y ojos oscuros pueden usar negro cerca del rostro sin perder frescura y luminosidad mientras que las demás deberían incorporar algún accesorio con tonos de su paleta personal para que el negro no las haga ver cansadas.
Con el blanco ocurre algo similar ya que el blanco puro tiene una frialdad que no es sentadora para personas con un aire dorado, por ejemplo, por lo que les quedara mejor un blanco roto o tiza o incluso un marfil.
¿Son de usar esta dupla clásica y atemporal?
Laura
Asesora de imagen certificada por CMB
www.styletto.com.ar
Fotos: WhoWhatWear